jueves, 24 de agosto de 2006

El gusto de hablar para el mundo...

Si hay algo que tiene Internet, es esa capacidad de hacernos sentir escuchados. De poder tener un espacio en donde cualquier persona, de cualquier punto remoto del planeta puede llegar a nosotros. De ese fenómeno se valen los blogs, la nueva moda del ciberespacio. Una forma de descargarse libremente, para bien o para mal. La posibilidad de tener un lugarcito propio en donde tirar todas las señales que nuestro cerebro produce es impagable. Y si encima es gratis...

Quizás esas ideas no se pueden plasmar de otra manera. O quizás dejarlas asentadas a futuro (no muy lejano, tampoco) sea lo que nos atrae. Pero es innegable que los diarios virtuales estos son francamente útiles. Los delirios más increíbles, o los comentarios más criteriosos pueden encontrarse en este tipo de websites.

¿Esto es bueno? Si. No hace daño a nadie, al menos en mi forma de ver. Lo que no nos gusta, no lo leemos, y si tenemos algo para decir, lo decimos. Quizás lo lean varios, quizás nadie. Pero queda ahí, disponible al que lo quiera tomar. Bello.

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