viernes, 25 de septiembre de 2009

Corazonado...

Casi como si fuera una indirecta, el post número 100 es el último que se escribió en este blog por mucho tiempo. Pero acá estoy, dispuesto a no dejarlos en paz mientras Blogger siga dejándome (lo cual es misteriosamente mucho tiempo ya).

Muchas cosas puede venir a la mente, pero las vamos a dejar para más adelante. Por ahora me quedo con una reflexión banal y casi me animaría a decir un poco estúpida: Facebook está sensible.

Si, leyeron bien, está sensible. Algo lo tocó, lo afectó, lo puso mimoso. Incluso tengamos en cuenta que me refiero a "él" como si de hecho constituyera alguna clase de entidad. Pero es cierto, sea lo que sea (algunos creen en Dios, otros en Zeus, algunos muchos millones en Alá, yo personalmente creo en el Burrito Ortega, por qué no haber alguien que crea en Facebook), lo ha conmovido tanto que comienza a cambiar su filosofía de vida.

Antes nos llenaba la pantalla de inicio, o muro de inicio, o index, o sea lo que sea eso que vemos cuando entramos, miles o cientos o decenas (dependiendo de su popularidad en el mundo Facebook de amigos que nunca le interesaron tener o gente que ni siquiera conoce ni conocerá) de notificaciones, avisos, peticiones, requerimientos, amenazas, cartas documento y demás yerbas. Eso fue decayendo. OK, en realidad no decayó, pero muchos aprendimos a usar el bendito "Ocultar" para olvidarnos de estúpidos juegos, encuestas, frases del día, y demás por toda la eternidad. Pero un día... un día él se percató que lo estábamos olvidando, y volvió a pedirnos perdón, con toda su humildad.

Francamente, ahora sí puedo contestar a la pregunta "¿Qué estás pensando?". Estoy pensando en aceptar. Al fin y al cabo, me lo solicita de corazón! (Aunque sin acento, lo admito)