jueves, 29 de marzo de 2007

Pesimista, yo?...

¿Hacía falta que el programa de entretenimiento periodístico (si no existe ese concepto, yo lo acabo de crear) hiciese una extensa nota sobre los probelmas viales en el "país" (ese país que aparece siempre en la televisión, que tiene 13 millones de habitantes y que limita con el Río de la Plata al este y el resto de pseudo-argentinos hacia el oeste) para que se tome en serio el tema?

Me entristece ver el nivel de seguimiento que tiene un show como Gran Hermano, pero hay que aceptarlo, somos todos un 70% idiotas, al menos. El que lo ve, porque lo ve. Y el que no, porque seguramente tendrá otros aspectos en su vida que lo hacen entrar en esa categoría. No me cabe la más mínima duda. Me deprime ver el nivel crítica de los diarios o medios de comunicación masiva en general, la calidad de la educación, el poder adquisitivo de la clase media... en fin. Pero creo que todo esto llega como consecuencia de una sociedad que busca hacer méritos para quedarse con el liderazgo de la acefalía mundial. Ironía si las hay, pero que describe sobremanera mi visión de la realidad actual. Visión humilde y que se reconoce ignorante, pero visión al fin.

En este proceso (que, me animaría a decir, ya es histórico) de desculturización que venimos llevando a cabo, la televisión juega un papel fundamental. Y ayer se dió otro paso paso para seguir avanzando en la estupidización (ya es la tercera o cuarta palabra que invento, lo admito) general. Porque los tres muchachos de negro, con anteojos negros y mentalidad mucho más negra, se jactaron de ser poco innovadores, violar las reglas de tránsito, elaborar informes sabiendo que su fin es simplemente molestar a una oposición, y aún así son ejemplo digno de ver. Los chicos lo ven, los grandes también. Jóvenes que miran con admiración a esos "rebeldes" que se oponen a la injusticia con el pueblo, pero que muestran sin pudor alguno sus publicidades de multinacionales que se aprovechan tanto de la mano de obra común como los gobernantes que ellos tanto desprecian. Hacen informen super ácidos, pero se comunican con Movistar. Van a hacer notas y reclamos a todas partes, pero en su Ford Focus. Y nosotros compramos el producto, adquirimos el programa como si fuera oro.

No intento ser un sociólogo revolucionario, un descubridor, un visionario. Si intento mantener un hilo de pensamiento casi coherente con respecto a ciertas plagas que nunca vamos a poder erradicar, como la idiotez imperante en todos nosotros. Pero así como un ciego se acostumbra a vivir sin ver, nosotros tendremos que acostumbrarnos a que la historia nunca cambie, pero si empeore. Porque si a alguien le quedan esperanzas de que la desinteligencia popular puede ser eliminada es, al menos para mi, un iluso. Y me quedo corto por ser educado.

Hace un tiempo que la mente necesita descargar tensiones, pero el espacio que le puede dar uno al divague completo a veces es mucho más acotado de lo que quisiera.

Si no hubiera sido un día así, si el sol hubiese asomado rompiendo el techos gris que formaron las nubes hace algunos días, quizás el ánimo hubiese sido diferente. Pero, por suerte, el clima ayuda. A estar tranquilo, fresco, mentalmente despierto para afrontar lo que venga. Y de ahí en más, hay que ponerle el pecho a las balas. Y ojo, que por ahí hay balas grandes, ¿eh?.

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