En el estudio universitario de la Comunicación Social, muchas veces nos surge la duda tantas veces planteada de si estamos frente a una ciencia no declarada o simplemente ante un estudio interdisciplinario de diversos conceptos elaborados por ajenos. Como sustento de esto, se supone que al no tener un objeto de estudio fijo y definido, el comunicador no puede ser considerado un científico.
En una de las tantas discusiones que hemos tenido sobre el tema, sostuve (y lo sigo haciendo) que el hecho de que la Comunicación Social no sea considerada una ciencia no es algo degradante en algún sentido de la palabra, si no todo lo contrario. La habilidad para interpolar los conocimientos y conceptos de diferentes ciencias establecidas hace que el comunicador tenga una claridad de interpretación que en otros campos no se puede lograr.
A la hora de elaborar un análisis crítico y lo menos subjetivo posible, la habilidad del comunicador para interpretar y utilizar los fundamentos de cada campo y lograr así una conclusión más rica y completa es lo que hace a la diferencia. No estamos sujetos a los límites de una ciencia definida. No somos sociólogos, economistas, abogados. Ni siquiera físicos o químicos, pero podemos unir lo más sobresaliente de cada una de estas ciencias para llegar a una convergencia de conocimientos que resulte verdadera y prácticamente más útil en la realidad tangible de una sociedad, actuando en consecuencia.
Esto es simplemente una firme idea surgida de discutir los puntos críticos de cada teoría. O, siguiendo la línea del blog que me ocupa, un delirio más...
Dedicatoria especial para Dani Fajardo, un proyecto de comunicador social muy prometedor, y grosso por donde se lo mire, además de ser un pibe de oro. Genio!
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