jueves, 4 de septiembre de 2008

Una esquina tras otra...

Como siempre, dobló la esquina eufórico, ansioso de ver si la cuadra siguiente tenía todos esos lugares que tanto había buscado. Esas fachadas que no había encontrado hasta entonces, esos locales que vendían todas esas cosas que necesitaba. No los encontró, pero alguien al pasar le dijo que los iba a ver si seguía, más tranquilo, en la cuadra siguiente y en las venideras.

Entonces disminuyó el ritmo, comenzó a respirar más pausado, a disfrutar más del paisaje. A mirar más detenidamente, a caminar con más tranquilidad, total si no estaba en esta calle, estaría en la otra, le quedaba un margen amplio todavía.

Una esquina más pasó. Siguió sin encontrar lo que buscaba, o quizás empezó a dudar de lo que quería encontrar. O si quería hallar algo puntual, en realidad. La tercera manzana parecía más larga, menos interesante. La caminó igual, sumergido en lo que a esa altura ya era un carnaval multitudinario de dudas e incertidumbres.

Pasó así sin pena ni gloria una vereda tras otra, mirando los pórticos de casas antiguas, las recepciones de modernos edificios, los garages de majestuosos estudios jurídicos y contables, las vidrieras de tentadores locales comerciales que prometían a la vista lo que el bolsillo no podía ni soñar. Recorrió incrédulo esa plaza, esa escuela, ese hospital, esa bella capilla... todo tan distinto y, aún así, tan ignoto ante su conciencia.

Y llegó, por fin. Sin saber como, llegó. A esa novena cuadra que empezaba prometiendo todo lo que las anteriores no supieron cumplir e incluso más. Y tomó aire. Respiró profundo, entrecerró los ojos para que el viento que le golpeaba la cara no le dejara objetos indeseados entre las pestañas, y comenzó a caminar con una mezcla de calma y ansiedad que ni él mismo se entendía.

Pero igual, supo que debía continuar. No tanto porque no tenía otra opción, sino porque quería creer que todavía había mucho por recorrer.

Y allá va.
Allá voy.
Allá vamos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy a decir que la parte que dice "pórtico" me llevó automáticamente a una capítulo de "Hey Arnold!" que se llama " EL chico del pórtico" y es tan genial como todos los capítulos de esos dibus..

Tamara dijo...

Bueno, hacia un rato que no leia algo tan esperanzador. Refrezcante.
Hay mas de esas cuadras de lo que uno esperaria, solo que hay que saber mirar, dejar el radicalismo a un lado y entender que se busca.
Muy bueno.
saludos

Lola dijo...

y sali a caminar, buscando eso..
y es cierto en la primer esquina pense que lo iba a encontrar... pero no.. camine, camine, camine.. llore mientras tanto... frustracion, dolor... vaya a saber porque pero lloré... y volvi. no lo encontré, pero igual es bueno saber que me quedan menos cuadras por revisar, y menos lagrimas que llorar... o que tal vez, solo buscar me mantiene viva...

besos! me hiciste dar escalofrios con el final..

Pame... dijo...

yo también ando buscando...
aunque te confieso, soy poco constante... no se si llegaré a la novena cuadra... mi corazón anda desgastado... :)
pero respirar profundo a veces me lo infla, y sale de nuevo... :)
abrazos amigo!

Guerreros de la Luz dijo...

Llegue aqui por el blog de Pame
y ella llego al mio...mmm creo que por la letra de una cancion... digamos que es una especie de magia en esta red que nos une.
Me encantaron tus letras...
Me sucede aveces,
incluso podría decir que he llegado a esa novena cuadra
y entre una especie de alivio, angustia, esperanza y cierta sonrisa en el rostro he continuado la marcha... es mas, aveces de tanto avanzar incluso he perdido la capacidad de voltear mi vista hacia los lados para disfrutar el paisaje o todo lo contrario, de tanto observar el camino se me ha olvidado el destino de mi viaje... Afortunadamente siempre, de una u otra forma retorno al camino, respiro hondo y retomo la marcha...

Un cálido saludo a la distancia.

Kro