La carencia absoluta de originalidad es la distintiva de Buenos Aires en todo, desde sus escritores hasta sus escultores, hasta sus arquitectos y sus revolucionarios, hasta sus limpiabotas. Nada original, nada nuevo, nada suyo, todo importado, todo transportado, todo imitado. Ésta es la patria del plagio. (...) Si este progreso fuera obra de la raza argentina yo estaría orgulloso de él, pero los argentinos no han puesto en él sino su pasividad, laisser faire, ésa ha sido la divisa nacional; entregar así, inerme y sin defensa, el suelo de la patria para que lo beneficie el extranjero es una rara forma de patriotismo que no me creo en el deber de aplaudir. La conquista por el oro extranjero es más ultrajante que la conquista por el plomo extranjero.
¿Y el último argentino? ¿Dónde está? ¿Dónde está el último argentino?
¿Y el último argentino? ¿Dónde está? ¿Dónde está el último argentino?
Fragmento de Mi viaje a la Argentina, de José María Vargas Vila, un escritor colombiano. Cita extraída del libro Argentinos (tomo 1), de Jorge Lanata.