Últimas horas de la previa antes de las elecciones para Jefe de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Y en la poca federalización que vivimos en nuestro generoso país, es el hecho que marca a toda la realidad nacional. El Presidente hace campaña por su candidato y pone trabas en el camino de los otros aspirantes al puesto. Hay promesas de todo tipo: de las que se pueden cumplir para satisfacer necesidades muy superficiales, de las que se puede llegar a esperar algo, y de las que ya se nota que van a ser sólo plataforma para despegar políticamente.
Leemos argumentaciones de todo tipo. Descalificando al contrario, exagerando ye xaltando lo propio, ninguneando problemáticas que no estén en el plan de quien se quiere subir al caballo. Cierta cantidad de kilómetros de subte por año, como la solución al cáncer, es anunciada con bombos y platillos. Porque seguramente será la solución al hambre que pasan los miles de marginados del conurbano. Escuelas con gas para calefacción, como si fuese una novedad y no tuviesen que estar calefaccionadas correctamente desde hace décadas. Nuevo sistema educativo, uno más en este tiempo. Vamos para la decena de modificaciones educacionales, y una peor que la otra.
Las coaliciones políticas merecen un párrafo aparte. El que nunca me miró, hoy es mi mejor amigo. El dictador sde abraza con el carapintada, el zurdo se besa con la èlite. Todo parte del juego que todos jugamos de chicos, el de la silla. Quien se sienta primero en el lugarcito que tanto anhelan todos. Hay pocos asientos y muchos corriendo alrededor. Cuando se apague la música, se puede sentar cualquiera. Pero algo me dice que no va a haber mucha diferencia.
El padre dolido, el que movilizó a miles en reclamo de más seguridad social simplemente para concientizar a la sociedad y lograr cambios drásticos en el sistema, hoy recorre la provincia de la mano de el presidente del club de fútbol más exitoso del país. Propone candidatos, agenda política, mano dura y, de paso, un rinconcito propio. Está bien, al día de hoy eso no es seguro, pero apuesto que no será muy falso en un futuro cercano.
Mientras tanto, el país está en vilo por eso. Ya no importan los conflictos docentes de Santa Cruz, de Salta, de todo el país. Es más urgente ver si el actual Jefe de Gobierno es Licenciado o no. Datos menores, como los 16 muertos por una simple ola de frío no requiere atención en el momento, pero si hay que apurarse por comprar estufas eléctricas para que los chicos no tengan frío y los papás voten contentos. Después, sacamos los calentadores temporales y a otra cosa. Tantas realidades queya vivimos y de las que no aprendemos, deprimen. El poder de los medios de comunicación utilizado en desviar atenciones de los puntos conflictivos de verdad, porque la nube de humo es una estrategia importantísimo.
"Va a estar bueno Buenos Aires", dice el slogan de cierto candidato bigotón (cualquier relación con otra persona indeseada del club que este mismo sujeto dirige es pura y exclusiva alevosía mía). Estaría bueno que pensemos un poquito más, diría yo. Algo si es seguro: la pelea por el silloncito tiene capítulos de sobra y faltan muchos. Se van a matar por ganárselo tres individuos de traje con poca capacidad de criterio, y nosotros vamos a estar en la vigilia de ello. ¿Va a estar bueno?
Leemos argumentaciones de todo tipo. Descalificando al contrario, exagerando ye xaltando lo propio, ninguneando problemáticas que no estén en el plan de quien se quiere subir al caballo. Cierta cantidad de kilómetros de subte por año, como la solución al cáncer, es anunciada con bombos y platillos. Porque seguramente será la solución al hambre que pasan los miles de marginados del conurbano. Escuelas con gas para calefacción, como si fuese una novedad y no tuviesen que estar calefaccionadas correctamente desde hace décadas. Nuevo sistema educativo, uno más en este tiempo. Vamos para la decena de modificaciones educacionales, y una peor que la otra.
Las coaliciones políticas merecen un párrafo aparte. El que nunca me miró, hoy es mi mejor amigo. El dictador sde abraza con el carapintada, el zurdo se besa con la èlite. Todo parte del juego que todos jugamos de chicos, el de la silla. Quien se sienta primero en el lugarcito que tanto anhelan todos. Hay pocos asientos y muchos corriendo alrededor. Cuando se apague la música, se puede sentar cualquiera. Pero algo me dice que no va a haber mucha diferencia.
El padre dolido, el que movilizó a miles en reclamo de más seguridad social simplemente para concientizar a la sociedad y lograr cambios drásticos en el sistema, hoy recorre la provincia de la mano de el presidente del club de fútbol más exitoso del país. Propone candidatos, agenda política, mano dura y, de paso, un rinconcito propio. Está bien, al día de hoy eso no es seguro, pero apuesto que no será muy falso en un futuro cercano.
Mientras tanto, el país está en vilo por eso. Ya no importan los conflictos docentes de Santa Cruz, de Salta, de todo el país. Es más urgente ver si el actual Jefe de Gobierno es Licenciado o no. Datos menores, como los 16 muertos por una simple ola de frío no requiere atención en el momento, pero si hay que apurarse por comprar estufas eléctricas para que los chicos no tengan frío y los papás voten contentos. Después, sacamos los calentadores temporales y a otra cosa. Tantas realidades queya vivimos y de las que no aprendemos, deprimen. El poder de los medios de comunicación utilizado en desviar atenciones de los puntos conflictivos de verdad, porque la nube de humo es una estrategia importantísimo.
"Va a estar bueno Buenos Aires", dice el slogan de cierto candidato bigotón (cualquier relación con otra persona indeseada del club que este mismo sujeto dirige es pura y exclusiva alevosía mía). Estaría bueno que pensemos un poquito más, diría yo. Algo si es seguro: la pelea por el silloncito tiene capítulos de sobra y faltan muchos. Se van a matar por ganárselo tres individuos de traje con poca capacidad de criterio, y nosotros vamos a estar en la vigilia de ello. ¿Va a estar bueno?